¿República plebeya o dictadura de masas?: dos borrachos en un bar.
Por Leyner Javier Ortiz Betancourt y Yassel Padrón Kunakbaeva / partes I y II
Por Leyner Javier Ortiz Betancourt y Yassel Padrón Kunakbaeva / partes I y II
El lugar es un pequeño grupo de Whatsapp. La atmósfera es la de un bar y en una de las paredes imaginarias puede leerse, en neón rojo, «El Renegado Kautsky». En el nombre del chat se lee «Club de Tristes Marxistas». Están los de siempre, conversando sobre los temas de toda la vida: el alcohol, el feminismo y la lucha de clases — escriben gestos de brindis — . Hay discusiones que se despachan en minutos, otras que se arrastran por horas, días. Alguien menciona tolerancia, oposición, democracia. Otro habla de República, doble moral, y represión: «Pero la lucha de clases es cruenta».
First Round: algo se ha dicho sobre la importancia de la mayoría…
5/1/2020 21:59 — Leyner: Lo que sucede es que el concepto de la sanción de la mayoría es en sí liberal, es parte del principio representativo puramente cuantitativo. La política verdadera es siempre cualitativa, es siempre en su estado radical una determinada polarización. La trampa liberal es esconder la polarización, esto es, «despolitizar». En un régimen de transición despolitizar es grave. Claro, el estatalismo es también despolitizante — quizás un mejor termino es inmunizante a lo político — .
5/1/2020 22:02 — Leyner: La competencia es un germen de monopolio, y los regímenes liberales están bastante burocratizados, no creo que la competencia en abstracto resuelva, per se, las cosas. Ponerlo en términos de democracia sería otro asunto.
6/1/2020 8:53 — Yassel: Leyner, el concepto de la sanción de la mayoría no es en sí liberal, aunque solo sea porque el liberalismo no existe hasta el siglo XIX. El recurso a la sanción de la mayoría es muy antiguo, y fue la forma que encontraron los diversos grupos de una misma tribu para no caerse a hachazos y poder convivir.
Es una forma efectiva para que la multiplicidad de intereses, inherentes a la complejidad socioeconómica de la sociedad, se exprese sin que se rompa la comunidad política.
6/1/2020 9:19 — Yassel: Ahora: «la política verdadera es siempre cualitativa». Mucho para reflexionar alrededor de esa frase.
Hay que empezar por preguntarse cuál es la guía más segura para la acción correcta: el entendimiento de un individuo que analiza la realidad, o la opción voluntaria de una mayoría de las personas.
Ambas cosas tienen límites claros.
El entendimiento de una persona, incluso el consenso de un grupo, es falible. La hermenéutica filosófica, que de manera habitual utilizamos los revolucionarios marxistas, no brinda verdades duras, apodícticas, sino interpretaciones y pronósticos. Si hubiera una verdad dura, no sería necesario el consenso. Bastaría con adecuar el mundo a nuestra verdad por cualquier medio. Vamos por el camino de Platón hacia el totalitarismo.
¿Y si nuestra verdad es errónea o sencillamente parcial? Los resultados pueden ser catastróficos.
6/1/2020 9:26 — Yassel: La sanción de la mayoría tiene ventajas evidentes. Un principio incorrecto de construcción de la realidad, tarde o temprano termina afectando existencialmente a la sociedad y golpeará a una cantidad crítica de individuos. Un principio correcto beneficiará a la comunidad, y una mayoría responderá positivamente.
Un principio incorrecto puede beneficiar mucho a un pequeño grupo, que puede encerrarse en su visión del mundo y creer que todo está bien. Pero no puede beneficiar a largo plazo a la mayoría.
Escuchar la voz de la mayoría es una forma efectiva de sancionar la validez de un principio de realidad. Más efectivo que un análisis teórico, pues mientras que el análisis teórico existe en el espacio puro del pensamiento, donde no son tenidos en cuenta infinidad de factores, los individuos están expuestos a la inclemencia de la realidad, con toda su complejidad de factores.
6/1/2020 9:32 — Yassel: Por supuesto, viene la otra parte. Un principio incorrecto de realidad puede tener un largo periodo de gracia y popularidad, debido a éxitos pírricos de corto plazo, y sus estructuras enajenantes pueden mantener a una mayoría de la población enajenada en ese principio de realidad. Entonces uno no puede tampoco entregarse de modo absoluto a la sanción de la mayoría.
6/1/2020 9:45 — Yassel: Yo he aprendido a desconfiar de ambas formas de entender la política, la cualitativa y la cuantitativa, y creo que la dialéctica tiene que servir para algo, para valorar las situaciones concretas.
Un momento evidente, en el que la política debe regirse por un principio cualitativo, es aquel en el que se pone de manifiesto que un bloque de poder hegemónico, con raíces socioeconómicas de dominación, se niega a aceptar una evidente crisis de su principio de realidad, y se niega a aceptar la sanción de la mayoría. El golpe de Estado de Batista generó una situación revolucionaria que no podía resolverse ya por elecciones.
6/1/2020 9:50 — Yassel: Cuando se rompe un pacto social, lo cual se hace evidente porque una parte de la sociedad lo siente en sus costillas, se justifica que un grupo minoritario se lance a una lucha revolucionaria sin esperar por la mayoría. Porque, sencillamente, es un problema existencial.
Y ese grupo debe regirse por su comprensión cualitativa del mundo, no porque crea que es la verdad absoluta, sino porque está obligado a luchar con lo que tiene por su existencia. La nueva sociedad nacerá de allí porque necesita nacer.
Si ese grupo camina sobre un error, sin dudas, fracasará.
6/1/2020 9:59 — Yassel: Pero el momento revolucionario, entendido como ese quiebre de una comunidad política y el surgimiento violento de un nuevo principio de realidad, no se puede extender indefinidamente. Tiene que fundarse una nueva comunidad política.
Porque por más que un principio de realidad se haya probado en la praxis de la revolución, no se puede confiar en que lo que fue adecuado en un momento histórico lo siga siendo para siempre en el futuro. Eso es pasar a considerar tu verdad como una verdad dura y caer en el abismo del platonismo. Que es lo que creo que ha pasado con muchas revoluciones.
6/1/2020 10:04 — Yassel: Como yo lo veo, las revoluciones no son la forma óptima del progreso social. (Fíjense que estoy escribiendo la palabra revolución con minúscula). Son necesarias dada la prehistoria en la que vivimos, para romper los bloqueos que le imponen los bloques de poder de las sociedades de dominación al desarrollo histórico.
Pero una vez rotos esos bloqueos, una vez desaparecidos esos bloques, se debe abrir el camino para el juego democrático y la competencia entre ideas y principios de realidad.
6/1/2020 10:15 — Yassel: La sanción de la mayoría, por otra parte, no solo permite utilizar un criterio adaptativo y práctico para evaluar un principio de realidad, sino que permite el despliegue de una mayor participación del individuo en cuanto individuo en la política, ya que le son consustanciales los mecanismos de la voz y el voto.
6/1/2020 10:18 — Yassel: A diferencias de las sociedades donde se considera absoluta una interpretación cualitativa de la realidad, en las sociedades en las que se le da un papel a la sanción de la mayoría se le permite a cada uno levantar su voz portando cualquier proyecto político, y su voto se debe tener en cuenta. El individuo en cuanto individuo es parte de la sociedad civil.
En fin, es una ganancia para la dignidad humana.
6/1/2020 10:41 — Joel: Yassel, deberías publicar esto…
6/1/2020 10:43 — Yassel: Es muy probable que lo haga, pero en un trabajo más organizado, con citas y todo eso, ja ja
7/1/2020 11:06 — Leyner: Primero digo Yassel que me alegra que mis cortos comentarios hayan suscitado tan interesantes criterios de tu parte. Me gusta discutir contigo porque lo hacemos desde el respeto y siento siempre que no hablamos basura, y que ponemos pensamiento y tiempo en cada respuesta. He leído con atención tus criterios y de inmediato los comento.
7/1/2020 11:09 — Leyner: Claro que la sanción de mayoría no es solo liberal, pero es liberal en tanto el liberalismo concibe al pueblo como votantes/consumidores, como agregado de individuos, nunca como colectividad definida. O sea, la comunidad política se constituye en la doble inmunización del mercado y del Estado, esto es, no hay comunidad política de masas en el capitalismo. La comunidad debe constituirse y ello solo se logra por medio de la rebeldía.
7/1/2020 11:19 — Leyner: Asumir que la mayoría es depositaria de la verdad por mero tema cuantitativo es muy liberal. La verdad es concreta y escapa a determinantes individuales. Es representable solo en devenir, en su constante corregirse con los hechos concretos de la historia. Pensar a la mayoría como jueza de verdad es asumir que el humano tiene en él por naturaleza la claridad para ver la verdad, que tiende a la convivencia democrática y a la bondad. Ello no explicaría los fenómenos reaccionarios de masas, como el fascismo europeo. Porque no hay naturaleza humana a no ser una constituida históricamente. El ser humano solo es incapaz de determinarse; sólo en masa, constituido en cuanto tal de manera colectiva, puede acceder a la verdad. A la masa no le importa ser la mayoría, se proyecta como universal nuevo que solo puede existir desbancando al otro. Porque la verdad es lo real, una contingencia estructuralmente horrorosa y presente, fantasmática. Por ello, a la verdad se accede por medio de lo ético-político, y quien rescata lo ético y lo político de la perdición es la masa que se autoconstituye
7/1/2020 11:36 — Leyner: Y por último, la revolución. Mira, el momento revolucionario es en sí la comunidad política luchando por constituirse. La revolución, en efecto, no da progreso social, no le interesa el progreso. El progreso es una virtud capitalista, la de cambiarlo todo sin cambiar nada. Solo eso produce el juego democrático, porque el juego democrático es la necesidad para el libre juego del mercado. O sea, es puro juego cuantitativo. A la revolución le interesa lo cualitativo, es grandilocuente por naturaleza. Desear una revolución que destruye el poder enajenante y garantiza las reglas del juego es desear una revolución mojigata. El sentido de la revolución es hacer la dialéctica, en especial la segunda negación.
Dejar el juego libre democrático luego de la destrucción inicial no considera la necesidad de una amplia labor pedagógica para la liberación. La libertad no es ausencia de poder sino algo que se construye. Para la revolución la libertad humana es ella misma.
8/1/2020 11:34 — Yassel: Leyner, me alegra que tomes tan bien este debate. Puedes estar seguro de que yo lo valoro mucho. A pesar de que estoy en mucho en desacuerdo contigo. Un desacuerdo extraño, porque hubo una época en que yo decía exactamente lo que dices tú ahora, pero el estudio y la experiencia vital me hicieron darme cuenta de otras cosas. A continuación te digo mis críticas:
8/1/2020 11:37 — Yassel: Yo tengo una forma muy precisa de definir la actitud liberal: libertad sin responsabilidad colectiva. En ese sentido, estoy de acuerdo contigo en que la dinámica de la sociedad capitalista lleva a la despolitización. Lo que el diagnóstico sobre las causas llevaría un debate largo donde, con seguridad, se verían matices entre tu explicación y la mía.
8/1/2020 11:41 — Yassel: Es una realidad que la comunidad humana está desgarrada en el capitalismo, y que un objetivo de la revolución socialista es la constitución de la verdadera comunidad humana, en una sociedad sin clases, es decir, sin intereses antagónicos, sin una organización autoritaria del proceso de trabajo, etc.
8/1/2020 11:55 — Yassel: Ahora bien, estoy en profundo desacuerdo cuando dices que el ser humano por sí solo es incapaz de determinarse y que solo en la forma de masa puede acceder a la verdad.
La masa, si te das cuenta, está formada por individuos. La masa no existe sin los individuos. La masa no tiene un cerebro, no camina, no tiene pies… O sea, que si en algún lugar se ilumina la verdad, siempre va a ser en la mente de un ser humano individual.
Un individuo no existe en el vacío, tiene una existencia concreta dentro de la sociedad, eso es cierto. Las representaciones individuales a lo largo de la historia han tenido un marcado carácter ideológico de falsa conciencia. El camino hacia la verdad, la lucha por la verdad, la consecución de la verdad, es un proceso colectivo. Todo eso es cierto. Pero no se puede perder de vista que justo por lo que se lucha es para que los individuos tengan una representación adecuada de su realidad, para que esos individuos sean soberanos sobre sus actos y puedan determinarse a sí mismos. Es la mayoría de edad de la emancipación, aquello que ha sido el programa de la ilustración desde siempre.
8/1/2020 12:11 — Yassel: Y si se lucha porque los individuos tengan esa libertad, es porque se asume que los seres humanos tienen y siempre han tenido esa posibilidad.
No se puede actuar como si los individuos fueran ciegos y tontos durante toda la historia, y que llegará un momento en que brotará de pronto la verdad en todas las mentes.
A cada individuo se le debe dar el beneficio de la duda, y se le debe respetar su criterio, aunque sea errado.
Es decir, un buen plan para llegar a ese momento en el que exista un dominio colectivo de la verdad, es actuar desde hoy y tratar el criterio de cada persona con la dignidad de lo verdadero. A base de cabezazos ese criterio irá cambiando, pero al menos las personas aprenderán a verse a sí mismos como portadores de la verdad. Un terrible plan es que las personas aprendan a ser tratadas y a verse a sí mismas como ignorantes que deben esperar a que otros piensen por ellos.
[Hay murmullos. Salta alguien desde otra mesa. Sucede a cada rato.]
8/1/2020 12:14 MQLeonarso: Cierto; la organización y politización de las masas es lo que permitirá que el individuo se concientice. Es la lucha y la práctica revolucionaria la que generará las condiciones para que el individuo se libere
8/1/2020 12:14 MQLeonarso: Para mí, lo que es un error es asumir a priori que todos o que la mayoría pueden tener la razón (en un caso puntual, sí; en otro, no)
8/1/2020 12:15 MQLeonarso: O que haya que respetar todos los criterios, aunque estén errados
8/1/2020 12:17 — Yassel: Después de todo, estamos todos tan lejos de la verdad absoluta, que no es tanta la diferencia entre el más sabio y el más tonto. Nadie puede estar tan seguro de su pedazo de verdad como para no tener en cuenta a alguien, o para negarle la posibilidad de que tenga razón.
8/1/2020 12:26 — Yassel: El concepto de masa ha tenido una historia muy polémica en las experiencias socialistas. Frente a la confiscación simbólica que ha hecho la burguesía del espacio público en el capitalismo, la irrupción de la masa ha sido un factor subversivo decisivo y emancipatorio.
La masa ha sido una forma de aparición del sujeto colectivo popular.
Pero el concepto de masa ha servido también para absolutizar el carácter colectivo del proceso y aplastar el aspecto individual de todo proceso. Para poner al colectivo por encima del individuo, lo cual ha resultado en derivas enajenantes, explotadoras, injustas, etc.
8/1/2020 12:28 — Yassel: Yo prefiero usar el concepto de la plebe y lo plebeyo, para referirme a la irrupción de la masa. Ese concepto ha venido unido a tanto sufrimiento que ya la izquierda en el mundo evita utilizar esa palabra.
8/1/2020 12:33 — Yassel: ¿Por qué la masa es la que salva el momento ético-político? Tú mismo has puesto ejemplos de movimientos de masa reaccionarios. Y la ética siempre empieza por lo individual.
8/1/2020 12:37 — Yassel: El progreso social es cierto que se convirtió por un tiempo en una consigna burguesa, algunas izquierdas lo han retomado, otras no. A mí me da igual. Me refiero al avance hacia una sociedad que sea una asociación de productores libres, si hacen falta palabras precisas.
8/1/2020 12:50 — Yassel: «el sentido de la revolución es hacer la dialéctica».
Yo concuerdo contigo en que la revolución lleva en sí una ruptura de orden cualitativo. El grupo de la vanguardia encabeza una subjetividad colectiva, lucha con su verdad, y constituye una nueva comunidad política sobre nuevas bases. Pero eso no significa que el modo en que funciona una ruptura revolucionaria sea el modo en que pueda funcionar una sociedad en su proceso normal de reproducción.
Eso es confundir un proceso coyuntural, extremo, con un proceso mucho más dilatado y cualitativamente diferente.
8/1/2020 12:52 — Yassel: Una sociedad puede estar construida sobre el pacto social nacido de una revolución, y en ese sentido llamarse a sí misma Revolución, al estilo francés. Pero no funciona como una revolución.
8/1/2020 12:53 — Yassel: El gran problema del socialismo marxista es que pensó la transición como un momento revolucionario, por no previó la posibilidad de que la sociedad tuviera que instalarse largo tiempo en la transición.
8/1/2020 12:56 — Yassel: Y querer trasladar la lógica revolucionaria a todo el funcionamiento de la sociedad tuvo resultados negativos. Se absolutizó el momento colectivo y cualitativo, negándose todo lo que se había aprendido a través de la historia sobre la importancia del carácter individual de la emancipación, sobre el equilibrio entre lo colectivo y lo individual en el funcionamiento de la sociedad.
8/1/2020 12:57 — Yassel: El resultado fue la dictadura, más o menos despótica.
8/1/2020 13:06 — Yassel: Yo no estoy negando la necesidad de un momento pedagógico en la transición, para nada. El problema es sobre qué paradigma hacemos esa pedagogía. ¿La relación maestro iluminado-alumno necesitado? ¿Acaso no hemos aprendido nada con Gramsci y Freire? La pedagogía debe ser un proceso donde todos participen desde su saber.
Tienes una opinión muy baja de los dispositivos de la voz y el voto, del juego democrático, pero yo te digo, ¿en qué condiciones se puede efectuar mejor la educación popular? Yo creo que es mejor en un paradigma en el que se parte del respeto absoluto de todos los puntos de vista. Renunciar todos a tener la verdad, y a imponer su verdad. Entonces podemos sentarnos a aprender los unos de los otros.
Pero, en un ambiente donde tú eres el que sabe, el de la vanguardia, al que se le hará caso en última instancia… nah, ahí solo puede haber amago de educación popular. Todo muy hipócrita, el que no pertenece al grupo iluminado buscará el modo de no buscarse problemas contigo.
8/1/2020 13:08 — Yassel: No he dicho que la libertad sea ausencia de poder. La libertad es poder, poder sobre tu vida individual, para tomar tus propias decisiones.
8/1/2020 13:09 — Yassel: La revolución no es nada sin personas libres.
8/1/2020 13:09 — Yassel: I finished.
[Yassel reflexiona sobre lo dicho…]
8/1/2020 13:33 — Yassel: Yo pensaba como Leyner, y tenía respuesta para todo. Pero desde entonces me hice muchas preguntas. Por ejemplo: ¿por qué no me hace feliz ser parte de la masa? ¿Hay justicia en la manera en que funciona mi sociedad? ¿Cuánta? ¿Por qué?
De ese modo renuncié a mi irreflexivo colectivismo.
Por supuesto, respeto la manera en que piensas.
No me las quiero dar de tipo que vivió más. Solo relato hechos. Tal vez caminé hacia el error. Le tocará a cada cual valorarlo.
8/1/2020 21:07 — Leyner: Debo decir que aprecio el debate, pero temo que su marcada longitud acalle las voces de los demás. Quizás sea mejor en lo adelante, plantear ideas concretas en forma tesis para discutir en colectivo y no extendernos tanto en las explicaciones, porque imagino resulte engorroso para los demás leer la retahíla de nuestros mensajes. Yo, no obstante, me dediqué a comentar tus afirmaciones con algo de detalle así que me disculpo con todos.
8/1/2020 21:08 — Leyner: Cuando yo digo que el humano solo no puede con la verdad, quiero decir que solo la masa en cuanto tal permite un marco, una posibilidad para encarar la verdad. El individuo logra esos accesos esquizoides a la verdad, pero se domestica lo esquizofrénico solo en el marco de la masa.
Claro que el humano tiene la verdad y merece esa dignidad en el trato. Pero eso no puede negar, y era lo que yo pretendía resaltar, la necesidad de la pedagogía para la liberación, esto es, de la vanguardia. Voy a plantearlo como Freire: las personas tienen las respuestas, lo que le falta es la pregunta. Es como una capacidad no explotada, como estado de latencia. La verdad es accesible, pero hay que provocar una catarsis del equilibrio de lo normal, del registro de lo simbólico, para poder acceder a ella. Pero Freire decía «Yo soy el profesor, no un coordinador», o sea, la vanguardia le es necesaria a la masa, pero una vanguardia que luche por la masa, por su poder. Solo la pregunta correcta puede revelar la verdad que, en su innegable objetividad, siempre ha estado allí. Pero esto significará hacerlo de manera colectiva, por medio de lo ético-político, si se pretende que el acceso sea masivo — los momentos reaccionarios de masa no son un acceso a la verdad — . El sentido de la masa como polaridad es organizar el acceso esquizoide a la verdad.
Que se evite usar la categoría masa no inhabilita su valencia: masa es un cuerpo político superior a las individualidades; no es la voluntad general de Rousseau; es una polaridad definida — y sin embargo no es un partido — . A esos efectos, es la plebe la que puede constituirse en masa.
¿Liberalismo como libertad sin responsabilidad colectiva? Veamos, libertad de compra (hasta donde pueda el dinero), de goce (goce pasivo, goce del otro), de vender la propia fuerza de trabajo, de decir cualquier criterio sin que eso cambie nada, de tener voz y voto solo para participar del ritual simbólico, del mercado político (en Cuba hay voz y voto para todos, por cierto). E implica la responsabilidad de no actuar contra el Estado, es deber del ciudadano no oponérsele. La legitimidad de oposición recae en la violación de esa libertad del individuo, violación bastante común en los períodos recurrentes de crisis. Y aún si tal libertad individual fuese concreta no sería más que una falacia: el individuo no puede ser libre si no lo son sus semejantes, no puede ser feliz si el otro no lo es también. La libertad individual, si algo así es pensable, es el aislamiento, la negación del individuo en tanto parte siempre de una socialidad. Si libertad individual es la capacidad de autodeterminarse, no hay otra posible autodeterminación que la autodeterminación de las masas; no se puede determinar el individuo a sí mismo por incapacidad intrínseca, depende de lo social y es esto lo que lo determina a él en todo punto. Por eso, solo transformando lo social mismo en un cuerpo o masa se le puede intentar cambiar, o sea, solo los individuos instituidos en masa pueden autodeterminarse. Libertad es poder de cambiar colectivamente el mundo en que se vive.
8/1/2020 21:08 — Leyner: La eternidad de la revolución es la recurrencia de momentos de reconstitución revolucionaria, momentos de disloque de la normalidad.
La transición no puede si no pensarse como actos revolucionarios que se reeditan. ¿El gran problema del socialismo marxista? Me parece una formulación demasiado simple, que asume un solo socialismo marxista, una sola experiencia histórica, en fin, una afirmación no científica, y una que además, para mí, funciona a la inversa. Porque pensar que se puede llegar a algún lado solo con un consenso posrevolucionario es poco recomendable, solo hay que mirar la historia para ver que la violencia es su látigo y que la violencia revolucionaria para la historia es su mejor acicate.
Second round: esta vez, el pluralismo…
4/1/2020 23:58 — Yassel: A ver, yo no creo que el Partido deba renunciar a ejercer hegemonía: para eso existe. Lo que creo es: ejercerla desde una lógica de la vanguardia a rajatabla como ha hecho por décadas ya no es funcional. Los monopolios económicos, políticos y mediáticos ya no cumplen el papel que jugaban en otros tiempos. En su momento la sociedad los aceptó como vehículo rápido hacia un futuro luminoso. Pero una vez que aceptas que estás en este mundo, donde avanzarás al ritmo que se pueda, y que la transición será laaarga, ya los monopolios pierden parte de su legitimidad. Yo creo que la hegemonía socialista en estas condiciones no es positivo ejercerla en condiciones de monopolio y dictadura de la vanguardia, sino en régimen republicano y oligopólico, asegurando una posición ventajosa a las organizaciones socialistas. Lo cual no es un paso para darlo en un día, pero creo que hacia allí debemos ir.
5/1/2020 0:00 — Yassel: Permitir la pluralidad de voces, que al final es a lo que se refiere la Constitución cuando dice «libertad de expresión».
5/1/2020 0:01 — Yassel: Y hasta medios de comunicación opositores se les debe integrar al sistema, siempre y cuando cumplan con ciertos mínimos éticos y legales.
5/1/2020 0:09 — Yassel: Por supuesto, yo entiendo lo que casi seguro se me puede responder: que la asimetría de poder que existe en el mundo actual puede servir para que cualquier brecha sea utilizada por el enemigo para quebrarnos.
Pero eso nos lleva a una pregunta muy interesante y que valdría la pena discutir: ¿Puede la sociedad cubana vivir en un estado de emergencia permanente, como el que le imponen los Estados Unidos, sin que eso la afecte de un modo fundamental? Es decir, ¿aguanta el jarro tanta candela? A lo mejor no se defonda, pero queda inutilizable de todos modos.
La sociedad cubana por su nivel de desarrollo histórico, y por su historia, necesita una forma de gobierno republicana, lo cual es incompatible con el estado de excepción. ¿Podemos relegar aquella, de modo indefinido, sin que nos convirtamos en esclavos de las estructuras que hemos creado para protegernos?
5/1/2020 0:12 — Yassel: Yo creo que debemos republicanizar nuestra forma de gobierno, con urgencia, pues los peligros internos de mantener el uso abusivo de la lógica de la vanguardia pueden ser tan destructivos como los peligros externos del imperialismo.
5/1/2020 0:29 — Yassel: Una república empieza por una sociedad civil de hombres y mujeres libres, que se reconocen como diversos, y tienen un consenso sobre qué se debe dejar fuera para garantizar el libre desenvolvimiento de la libertad
5/1/2020 0:32 — Yassel: No es lo mismo que un despotismo en el que un soberano tiene el único punto de vista válido, el resto son súbditos, y el consenso que existe es el de aplastar a todo el que levante mucho la voz para apartarse del discurso oficial.
5/1/2020 0:47 — Yassel: Muy interesante lo que dices, [mira hacia otra mesa, otro mensaje…] sobre todo a la vista de que la referencia a la «dictadura del proletariado» desapareció con la Constitución del 76, y vino el «Estado Socialista de Derecho»… y de que el Departamento Ideológico sigue funcionando igual como si nada hubiera cambiado, ja ja, ja…
«Dictadura del proletariado», pero eso nunca se logró. Es decir, excepto en Yugoslavia — y solo hasta cierto punto — , fue la vanguardia devenida en burocracia la que tomó el monopolio de la toma de decisiones, lo cual estuvo determinado en gran parte por las determinaciones de la división social del trabajo. Lo que hubo fue dictadura de la vanguardia, en algunos sitios despótica, y en otros fundamentada en un pacto social revolucionario.
5/1/2020 0:57 — Yassel: Al final vuelvo al mismo problema de mi discusión con Leyner del otro día: el problema del ámbito de lo político en el periodo de transición.
El discurso clásico leninista hablaba de «conciencia de clase», y el problema del sistema político quedaba opacado por la transformación mucho más profunda del modo de producción. La construcción del nuevo Estado obrero y campesino.
¿Pero qué pasa si eso es imposible? ¿Y si la experiencia te demuestra que no puedes con las fuerzas limitadas de nuevo poder revolucionario construir un nuevo modo de producción? Entonces la sociedad no puedes transformarla de un modo tan radical, y las categorías de la vieja sociedad conservan su rango de validez.
5/1/2020 1:09 — Yassel: Las sociedades que han planteado la transición socialista no han tenido una clase obrera desarrollada, no ha sido, en rigor, un movimiento obrero el que ha triunfado en estos países. Más bien de lo que se puede hablar, y ahí sí la teoría de Marx conserva su validez, es de un sujeto revolucionario. En eso yo sí voy con María del Pilar.
Esos sujetos eran, en términos clasistas, complejos, como las sociedades de las que venían y a las que dieron a luz. Luego, las dificultades de las que hablamos antes condicionan que esas nuevas sociedades sigan siendo clasistamente complejas, y que incluso tengan que integrar sectores de burguesía en su seno.
En esas condiciones, en las que un nuevo modo de producción no es imposible pero sí improbable en el futuro cercano, a lo más que se puede aspirar es a mantener la hegemonía del sujeto revolucionario pluriclasista, y a impedir el restablecimiento de la hegemonía capitalista.
5/1/2020 1:19 — Yassel: Nada más intangible que la noción de pequeñoburgués, en ciertos contextos. ¿Dónde termina el pequeñoburgués y empieza la burguesía radicalizada?
¿Acaso no entraban dentro de ese segmento difuso muchos de los líderes y participantes en la revolución cubana? ¿Ellos se doblegaron a la voluntad de la clase obrera, o fueron parte fundamental de la configuración del proyecto?
5/1/2020 1:22 — Yassel: Marx plantea su espectro clasista en el lugar donde este era más fácil de observar, en esa vieja Inglaterra. Pero me atrevo a decir que las categorías burgués, obrero, pequeñoburgués, campesino, hay que repensarlas, porque tal y como las vemos ahora mismo, dicen muy poco sobre cómo funciona una transformación social.
5/1/2020 1:26 — Yassel: No se trata, como yo lo veo, de que todos se afiliaron a la conciencia de clase del proletariado. Cuando decimos «hegemonía popular», creo que estamos diciendo más que eso.
El socialismo no es la liberación de los proletarios, es la liberación de todos los seres humanos.
Yo creo que ya la idea del proletariado como la clase revolucionaria es algo obsoleto.
La hegemonía popular se construye con elementos culturales provenientes de todas las clases y grupos de la sociedad, siempre que rompan con el bloque de poder de la hegemonía capitalista.
21/12/2019 22:35 — Leyner: No hay una división entre democracia política y social, eso sería compartimentar lo que no está compartimentado. La democracia es solo política y se da de forma directa o indirecta: lo directo es el poder formal del subalterno, lo indirecto es el pacto social que ha establecido con el dominante. Pero entender que hay una democracia social y una política es, a mí juicio, no entender nada.
21/12/2019 22:37 — Leyner: Y por cierto, Cuba, en términos democráticos, se puede tirar con las formaciones capitalistas escandinavas sin mucho sobresalto, incluso con Suiza, en virtud de la democracia indirecta que es el pacto social de la Revolución y en parte también en virtud de la democracia directa.
21/12/2019 22:52 — Yassel: Pues yo creo que aunque la democracia en su conjunto englobe todo, es útil la distinción de la democracia política para referirse a la que caracteriza un sistema político, o sea, que está relacionada con el conjunto de reglas que regulan el acceso a la toma de decisiones.
21/12/2019 22:53 — Yassel: Con respecto a eso [y señala el comentario de Leyner del 21/12/202019 22:37], no comparto su seguridad.
22/12/2019 9:27 — Leyner: Democracia no es toma de decisiones o poder del pueblo sino incapacidad de disociación entre Estado y sociedad. No hay democracia que no sea directamente política, el sistema político o, y prefiero referirlo así, lo político está en todas partes, porque en las sociedades donde existe lucha de clases, y por tanto Estado y otros recursos productos de dominación como el capital, la política es lo normal.
22/12/2019 10:08 — Yassel: Me parece que cuando hablas de «imposibilidad de disociación entre Estado y sociedad» te estás refiriendo al ideal comunista tal y como aparece en la Crítica al Programa de Gotha. No cabe duda de que ese es un escalón superior de comunidad democrática, en el que la participación directa hace superflua la existencia de una esfera política, funcionalmente separada.
Pero en la medida en que por muchas razones resulta imposible avanzar en ese sentido, por las dificultades técnicas que plantea la división del trabajo, por la permanencia de un mundo capitalista allá afuera, etc.; hay que reconocer que existe un Estado funcionalmente separado de la sociedad, que ejerce dominación, y que la mejor manera se construirlo es con la mayor cantidad de democracia representativa posible. El diseño y la estructura de ese sistema político ya es otra historia.
22/12/2019 10:15 — Yassel: A veces usamos el marxismo, y el punto de vista elevado que este brinda para borrar las distinciones, y decir por ejemplo que todo es economía o que todo es político. Porque el marxismo nos permite verlo todo en su conjunto, en su organicidad, en su interrelación. Pero eso no nos puede hacer perder la capacidad del análisis, la capacidad para separar, y observar lo separado en su autonomía relativa. La separación a nivel de superestructura que se ha dado en la modernidad entre religión, ciencia, arte, política, etc. tiene causas profundas que no desaparecen porque una sociedad comience una transición socialista.
22/12/2019 10:17 — Leyner: En cualquier caso se trata de dos formas de democracia cualitativamente distintas
22/12/2019 10:19 — Yassel: La prueba de que en los países en transición socialista sigue existiendo una esfera política funcionalmente separada, es que en todos ha seguido existiendo el Estado, con su aparato formalmente separado de la sociedad civil, que monopoliza la toma de aquellas decisiones que por su trascendencia solo le corresponden al conjunto de la comunidad.
22/12/2019 10:23 — Yassel: En esas condiciones, negar la necesidad de mecanismos de democracia política, recurriendo a la idea marxista de la democracia directa participativa, ha sido un subterfugio de la burocracia para evitar el control popular e intentar afianzarse como clase. Así es cómo lo veo.
22/12/2019 10:50 — Leyner: Esta imposibilidad de disociación existía en Atenas, es lo que nos hace admirar su modelo democrático, con la salvedad de la rémora del esclavismo y la propiedad privada que la sustentaban.
22/12/2019 10:52 — Leyner: Lo que lo de separación entre Estado y sociedad civil ya no lo comparto, en todo caso gobierno y sociedad civil.
22/12/2019 10:59 — Leyner: No creo que haya mucha autonomía relativa en determinados dominios de la vida humana, en todo caso hablar de autonomía relativa es lo mismo que decir inevitable interdependencia. Además de que asumir una autonomía relativa de la «superestructura» es la contrapartida de asumir una autonomía relativa para la «base», en una especie de desconexión «relativa» de lo que no se manifiesta de forma desconectada.
22/12/2019 11:01 — Leyner: En todo caso la burocracia tiende a afirmar y defender mecanismos de democracia formal típicamente liberal para aplacar cualquier requerimiento de democracia formal desde el pueblo
22/12/2019 11:30 — Yassel: Muy interesante, sí, la experiencia ateniense. Allí no existía una esfera de lo político separada, porque la comunidad política, era al mismo tiempo estética, religiosa, etc.; lo cual se debe a las características de esa sociedad. Y recordar que se basaba en la exclusión de mucha gente, funcionalmente activa, de esa comunidad política.
22/12/2019 11:34 — Yassel: Y no son dos tipos de democracia, son diferentes formas en que se manifiesta el empoderamiento popular.
22/12/2019 11:50 — Leyner: Disculpa, pero ni siquiera así, el poder popular — no me refiero a la institución — se ejerce de forma directamente política, principalmente en las formaciones en transición socialista donde lo político es lo normal, algo que toca cada momento de la vida de forma muy concreta, Teuma puede ampliar al respecto. Boris Groys dice que en el socialismo uno puede incluso vestirse o no «comunistamente».
22/12/2019 12:22 — Yassel: Bueno, ya el otro día expliqué mi desencuentro con la noción de Gramsci de «Estado ampliado». Entiendo su sentido, pero prefiero reservar la palabra Estado al aparato administrativo y coercitivo. Para referirme a lo que sería el Estado ampliado, yo uso la expresión «bloque hegemónico».
22/12/2019 13:15 — Yassel: Hay que separar las interpretaciones teóricas de las objetualidades ideales. Hay que mirar en primer lugar cómo se configura de manera objetiva la esfera de lo político en la modernidad. Desde Maquiavelo, se entiende lo político como aquello relacionado con el poder político, que es el poder para tomar decisiones que afectan a la comunidad en nombre de la comunidad. No se trata de todo poder, ni de toda toma de decisiones. Se trata de aquellas decisiones en las que el sujeto se manifiesta como vehículo directo del interés general.
Luego, el liberalismo afianzó esta construcción cultural. Pero no se trata de algo que existe en el vacío. Está relacionado con la estructura de la sociedad moderna burguesa, en la cual existe un Estado cuya función es monopolizar esa toma de decisiones.
22/12/2019 13:19 — Yassel: Mi punto, para no perderme, es que es útil la noción de democracia política.
22/12/2019 13:23 — Yassel: Ahora bien, fue la modernidad la que separó todo. La manera que encontró de mantener a los explotados enajenados fue separar la esfera de lo político de los llamados derechos materiales, que desde entonces se consideraron como algo prepolítico.
22/12/2019 13:24 — Yassel: Es decir, la realidad material de los individuos se considera algo prepolítico.
22/12/2019 13:24 — Yassel: Porque lo político es su derecho a la voz y al voto.
22/12/2019 13:27 — Leyner: La reforma agraria se pedía en Roma, no en Atenas donde primaban los pequeños propietarios agrarios y donde la diferencia entre los grandes propietarios agrarios y los pequeños no era abismal ni mucho menos
22/12/2019 13:35 — Leyner: Eso sostenía que tantos ciudadanos pudieran sufragarse la tenencia de esclavos que gestionaban y realizaban el trabajo agrario mientras los propietarios vivían en las ciudades en calidad de ciudadanos-políticos
22/12/2019 13:44 — Leyner: El problema de Maquiavelo es el problema de la constitución de un poder soberano y de una centralización política que tenía mucho que ver con el absolutismo en un territorio para nada propicio a ese desarrollo histórico. Pero la idea del soberano representante, en tanto contentivo del interés general, es de Hobbes y los otros liberales, muy deudores del absolutismo como representación definitiva del interés de las abstractas individualidades que componen la comunidad política, entidades abstractas que solo logran serlo en el marco de un ordenamiento capitalista con plenos derechos humanos. Precisamente capitalizar el ejercicio de toda la política a solo el entramado de un aparato administrativo coercitivo es una función del interés por anular la política en el resto de las esferas, de nuevo, la política se delega a la «superestructura» mientras la «base» es economía pura. La lección de la historia es advertir que la política es el dominio mismo de la lucha de clases, y que donde quiera que se manifieste esta contradicción está sucediendo un momento político.
22/12/2019 14:07 — Yassel: Por supuesto, me refería a Roma. En Atenas eso era casi una realidad.
22/12/2019 14:39 — Yassel: Lo importante es darse cuenta de que la modernidad no solo generó un discurso de lo político como separado, y de un Estado soberano, sino que construyó a ese Estado absolutista de una forma muy material. La función de ese aparato es monopolizar la toma de aquellas decisiones que afectan a la comunidad y que son tomadas en nombre de la comunidad.
La existencia de ese Estado era una necesidad provocada por dos variables fundamentales: la división del trabajo y el antagonismo de clases.
22/12/2019 15:04 — Yassel: Cuando yo defiendo que sigue siendo útil la noción de democracia política, la luz de fondo para entender lo que digo está en que los socialistas, a través de la historia, han combatido el absolutismo de que la democracia sea solo lo relacionado con la voz y el voto, con el absolutismo de que la voz y el voto no son fundamentales para la democracia.
22/12/2019 15:05 — Yassel: Es decir, defendiendo el pedazo de verdad en las luchas de los que han luchado en la modernidad por lo que ellos han llamado democracia política.
22/12/2019 15:11 — Leyner: Pero es que es una lucha fragmentaria y débil, en todo caso la verdadera y radical lucha política es la lucha revolucionaria, esto es, la lucha que busca no solo derrocar al soberano sino instaurar un nuevo poder que sustente la realización de un proyecto nuevo.
22/12/2019 15:18 — Yassel: Luego, no se trata de apagar el marxismo temporalmente. Las concepciones ampliadas no niegan los rangos de validez de las más restringidas. Como la física de Einstein no niega la de Newton dentro de su marco de validez.
¿Qué manera de entender la democratización es más útil en el contexto cubano?
Yo creo que una acorde al verdadero nivel de desarrollo histórico en el que estamos.
La sociedad cubana se ha separado muy poco de la estructura social capitalista moderna: el Estado sigue siendo el mismo Estado absolutista moderno, porque siguen presentes las causas profundas de su existencia… Entonces, la lucha pura y dura por la voz y el voto sigue estando vigente en Cuba.
22/12/2019 15:20 — Leyner: El Estado absolutista es una reacción del modo de producción feudal en crisis para conservarse, por eso tiene en sí de lo nuevo y lo viejo. Su función está adscrita a ese nivel diacrónico mientras sincrónicamente no puede dejar de ser el aparato de dominación de clase fundamental. En cuanto Estado absolutista, se basa en extender a punto extremo la legitimidad del representante, quien actúa en nombre de los actores, por tanto, su actuación es contentiva del interés de cada cuál, y por ello no cabe oposición a sus acciones en tanto acción abstracta delegada por los súbditos. Pero en verdad el Estado absolutista solo encuentra su máxima medida en el marco del dominio burgués.
[Se habla entonces sobre la voz y su importancia…]
22/12/2019 15:22 — Leyner: La voz, el ser escuchado, el poder hablar, el poder comunicarse es más importante que el voto frío y abstracto
22/12/2019 15:28 — Yassel: El voto es tan importante como la voz. Son diferentes. La voz puede no ser escuchada. Pero el voto es obligatorio tenerlo en cuenta.
Ambos son momentos en los cuales el individuo interviene en lo político en cuanto individuo. Por eso son tan importantes, y no se les puede sustituir con ninguna cantidad de derechos colectivos.
22/12/2019 15:31 — Yassel: No estoy para nada de acuerdo. La estructura autoritaria del Estado moderno sobrevive en la republicanización burguesa, y puede alcanzar un nuevo «pico» en el socialismo real.
22/12/2019 15:32 — Yassel: Me refería a esto.
22/12/2019 16:23 — Leyner: Reducir el Estado que se da en el socialismo a un Estado absolutista no me parece lo más apropiado. Este es un Estado diferente, aunque Estado al fin, hay que ver qué se entiende por Estado específicamente absolutista y por el de la transición.
22/12/2019 16:25 — Leyner: La formación cubana es diferente de las capitalistas regulares, hay aquí cosas muy peculiares, sin negar que el capitalismo lo tenemos también dentro, pero coexiste con lo nuevo vigoroso.
Continuará…