Lo más leído en 2021
Compartimos con ustedes los 15 trabajos más leídos durante todo el año 2021
Se van los días de este 2021. Un año muy difícil y que pasa en el calendario, pero quedan sus marcas. Entre retos, pérdidas y trabajo, La Tizza no se detuvo. Fueron 159 textos publicados entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021. Son pocos para lo que exigen los tiempos y problemas que vivimos, pero llevan el signo del esfuerzo y labor colectivos. Y, lo más importante, cargan el sello de quienes colaboraron con sus críticas, sugerencias, ideas y artículos. Sin ellos somos pequeños. Con ustedes, nuestros lectores y lectoras, es el compromiso mayor. Termina 2021, y por acá dejamos los trabajos más visitados durante el periodo. No es un cierre, sino otra forma de comenzar siempre.
15. Ahora van a hablar los comunistas que trabajamos en el campo de la ciencia.
Agustín Lage.
“…Cuba no puede aspirar a una inserción en la economía mundial a través de la exportación de recursos naturales porque no los tenemos. Tampoco somos un país de grandes dimensiones, con una demanda interna grande que funcione como atractor de desarrollo industrial. Nuestra inserción soberana en la economía mundial tendrá que ocurrir por los caminos de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Lo harán los jóvenes cubanos, muchos de ellos salidos de esta misma Universidad. Y confiamos en que lo harán. A pesar de los emigrados geográficos y los emigrados mentales que aun andan por ahí, la masa grande y limpia de jóvenes científicos competentes, comprometidos con Cuba y motivados por su proyecto socialista, está presente, reclamando su puesto en la batalla.
Y no son pocos.
En la trayectoria histórica de la Nación Cubana la ciencia nunca fue un lujo: Fue un combatiente…”
14. Cuatro máquinas hegemónicas cubanas y una fuga de utopía.
Leyner Javier Ortiz
“…que la máquina en cuestión tiende a borrar pues canaliza todo el Mal y el núcleo del conflicto hacia el exterior. Y se trata de una visión peligrosa pues el conflicto fundamental, al ser reducido al enfrentamiento entre el Estado cubano y el gobierno estadounidense, corre el riesgo de perder su dimensión clasista o la incompatibilidad entre un modo de producción (capitalismo) y otro en ciernes (transición socialista). Esto tiene consecuencias inmediatas para el problema de la agencia política.
Recordemos que enemigo focaliza en un punto concreto y visible al enemigo: el gobierno de Estados Unidos, y que su funcionamiento siempre ocurre de consuno con el de la máquina de borradura de conflictos por excelencia, la máquina unidad. Tal combinación implica un problema: una incapacidad para visualizar a los militantes enemigos honestos, que no sean ni pagados por el gobierno estadounidense ni hayan tenido un contacto contagioso con él. Ahora bien, ¿por qué ocurre esto? Todo tiene que ver con la imagen del enemigo. Pues, ¿y si el enemigo no fuera un punto focal visible, y si el enemigo fuera, ante todo, una ideología o, peor aún, una subjetividad de clase social o un modo de producción en su conjunto?; ¿y si no fuera una institución consciente sino un ente abstracto fundamentalmente inconsciente, una economía?
Esta es una perspectiva aterradora para la política más simple pues impediría proyectar un punto concreto y definible en el que existe un Mal consciente, además, disminuiría la relevancia de las explicaciones de enemigos en tanto mercenarios o infectados. Sin embargo, permitiría una visión más real del conflicto y sus dimensiones y nos conduciría a visualizar con claridad los conflictos de adentro, las contradicciones ideológicas y económicas en el seno de la unidad formal.
En la combinatoria de enemigo y unidad existe un efecto político curioso. La máquina unidad se encarga de borrar el conflicto de cara al enemigo, de garantizar la máxima unanimidad y exclusividad, pero no tiene una postura concreta hacia la acción política, solo sabe que debe resistir al enemigo, reaccionar ante sus acciones. Es decir, la unidad es básicamente reactiva, tiene una perspectiva especular, su acometido político inconsciente es reaccionar ante el enemigo, mantenerse unida ante los embates del exterior. La pregunta que uno debe hacerse es: ¿dónde queda entonces la capacidad política ofensiva y creativa? Queda fuera de la unidad: el lugar de la agencia política corresponde a la máquina líder…”
13. Manuel Piñeiro Losada: El arte de la conspiración revolucionaria (I)
Colectivo de Autores
“…De conjunto, estas páginas traslucen su amplitud de miras y el carácter amplio, inclusivo y estratégico de su visión y de la acción internacionalista que desarrolló, siempre bajo la dirección estratégica del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Se incluyen los testimonios de decenas de compañeros, tanto de quienes trabajamos bajo sus órdenes, así como de otras personalidades cubanas y latinoamericanas. Encabezan la recopilación los textos de quienes conocieron o colaboraron con Piñeiro en una etapa temprana de su vida y su acción revolucionaria; algunos de los cuales fueron tomados de publicaciones anteriores.
Se muestra al hombre sencillo, asequible y afable que era, así como creativo, flexible dentro de los principios y completamente antidogmático, con gran olfato político y capacidades de dirección, además de culto, carismático y fidelista ciento por ciento…”
12. Miguel Enríquez y el desafío de las nuevas generaciones
Néstor Kohan
“…De conjunto, estas páginas traslucen su amplitud de miras y el carácter amplio, inclusivo y estratégico de su visión y de la acción internacionalista que desarrolló, siempre bajo la dirección estratégica del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Se incluyen los testimonios de decenas de compañeros, tanto de quienes trabajamos bajo sus órdenes, así como de otras personalidades cubanas y latinoamericanas. Encabezan la recopilación los textos de quienes conocieron o colaboraron con Piñeiro en una etapa temprana de su vida y su acción revolucionaria; algunos de los cuales fueron tomados de publicaciones anteriores.
Se muestra al hombre sencillo, asequible y afable que era, así como creativo, flexible dentro de los principios y completamente antidogmático, con gran olfato político y capacidades de dirección, además de culto, carismático y fidelista ciento por ciento…”
11. El ojo del canario es el poder revolucionario
Juan Valdés Paz
“…A mí me parece que la cuestión más importante a tener en cuenta es que con el advenimiento de la Revolución se constituye un poder revolucionario y que ese poder revolucionario es, como le gusta decir a los filósofos, «la condición de posibilidad» de la democracia en Cuba, al menos, ese es mi criterio.
Sin el poder revolucionario no hay nada de lo que hemos dicho, no hay desarrollo, no hay independencia, no hay antimperialismo, no hay un poder al servicio de las grandes mayorías del país, no hay nada de eso.
Y si no hay nada de eso entonces es difícil saber de qué estaría basada la democracia que pretendemos o cuál es el desarrollo democrático posible. Entonces me parece que el ojo del canario es el poder revolucionario, que es el que hace posible todo lo demás y a quien hay que demandarle que realice la democracia que prometió…”
10. Hacia la profundización democrática y socialista en Cuba
Editorial de La Tizza
“…Concebimos el socialismo como el fin de todas las dominaciones, no de una o de dos, sino de todas.
Si múltiple es el sistema de dominación capitalista, múltiple debe ser el sistema emancipatorio que le opongamos para superarlo. Ello implica desatar batallas simultáneas en todos los órdenes: económico, jurídico, político, cultural, social… para hacer avanzar al unísono — no por etapas — las liberaciones de las personas y las sociedades, hacerlas fecundarse de forma recíproca y complementarse.
Y es desde los propios sujetos que han internalizado la opresión, sentimientos de inferioridad, la división de la vida en «lugares» a los que pertenecen unos y no otros, las jerarquías que naturalizan la explotación y las desigualdades, que dichas batallas deben desencadenarse.
La diversidad del sujeto social cubano, lo es también de sus necesidades de conquistar nuevas libertades…”
9. La crítica de izquierda no es peligrosa para la Revolución, sino para la burocracia
Frank Josué Solar Cabrales
“…todas las experiencias socialistas que han existido han estado atravesadas por aquella tensión que Fernando [Martínez Heredia] llamaba la contradicción central dentro de un proceso de transición socialista, la tensión entre el poder y el proyecto, entre un poder que necesariamente debe ser muy fuerte para defenderse de un acoso constante, y un proyecto de liberación muy radical en sus propuestas democráticas y de justicia social. Eso se traduce también en la tensión entre la necesidad de la unidad, y la necesidad, al mismo tiempo, de crítica y de espacios de participación democrática. No tienen que ser excluyentes, al contrario, el debate y la crítica son una fortaleza para la unidad de la Revolución.
La crítica de izquierda, al menos una digna de tal nombre, no es peligrosa para la Revolución, sino para la burocracia.
Crítica de izquierda fue la que hizo el Che cuando advirtió sobre los peligros que se cernían sobre la construcción socialista y sobre las posibilidades de regreso al capitalismo en la URSS, la que hizo Fidel de forma constante a lo largo de toda la revolución, como cuando el 17 de noviembre de 2005 arremetió contra los corruptos y los nuevos ricos.
Hoy esa crítica es más necesaria que nunca, para evitar una restauración capitalista en Cuba…”
8. No sintamos vergüenza de querer la revolución
Llanisca Lugo
“…Un desafío importante es aprender a hacer política con las diferencias del conjunto de la sociedad toda, sin sobrestimar las aprobaciones unánimes y las armonías estáticas, tan cercanas a la desidia.
En esta actitud aprendida de esperar a ver qué pasa porque «arriba» se dice lo que ha de hacerse, y el gobierno ha gozado de legitimidad para ello, el papel asignado al pueblo parece ser educar a las nuevas generaciones de acuerdo a los valores socialistas, producir con disciplina y aportar en el «pedacito que nos toca» desde las organizaciones sociales, de masas y nacionales. Todo esto, si bien es necesario, ha sido insuficiente.
Hoy vivimos en una sociedad que reconfigura grupos, roles y clases. Algunos con más medios, acceso a información, tiempo de estudio para la construcción de un país más democrático. Crecen las diferencias sociales y su correspondiente autopercepción. Desde identidades y privilegios de diverso tipo, se habla en nombre del pueblo o el sujeto excluido, se autoconstruyen vocerías unilaterales, activismos y otras prácticas que pueden hacer aportes muy útiles, siempre que tengamos claras su naturaleza y articulaciones.
Existen grupos con intereses diversos en nuestro país a los que nos interesa profundizar el socialismo, que puede generarse una intelectualidad e instrumentos propios que encuentren canales de influencia en los debates y realidades nacionales. Un desafío entonces será tener conciencia de los aportes de estos canales al proceso de construcción y aprovechar esos aportes sabiendo que la democracia debe verificarse en poder del pueblo, con su capacidad confirmada en la práctica de superar las opresiones y construir una sociedad de justicia plena para todos…”
7. Tramoya, palco, proscenio. Una respuesta a la «respuesta» que no fue
Editorial de La Tizza
“…No es posible demostrar que cada uno de los firmantes y líderes de la petición son cuadros profesionales del partido único del imperialismo, pero, en nuestra comprensión — que dista de las más socorridas — esto es solo una de las manifestaciones del problema. El carácter de una acción política se define por sus contenidos. Estos siempre tienen un lado explícito y otro latente. Aquí las omisiones son tan importantes como los alaridos. Es sugerente que este bloque se agite con fervor para señalar la ausencia de la injusticia interna en el discurso oficial, y piensen que no vamos a aplicar el mismo análisis a su cándida omisión del bloqueo y el hegemonismo estadounidense en una marcha que se pronuncia por los «derechos» en Cuba.
La brecha que salta a la vista entre ambas omisiones es que la primera se inscribe en un entramado altamente defectuoso, pero en cuyo seno tenemos patria, y la segunda alberga una subordinación que no trajo justicia para este pueblo ni la traerá nunca — basta con mirar tanto niño desnutrido y tanto despojo en países que no son bloqueados porque no hace falta — . El Consejo para la Transición Democrática completa el trabajo con su programa de privatizaciones y su intención de devolver los bienes expropiados por y para el pueblo en los primeros años de la Revolución. La coalición se remata con la promoción realizada por la Fundación Nacional Cubano Americana y la presencia de instituciones religiosas de una perspectiva ultraconservadora sobre los derechos conquistados y por conquistar por mujeres y disidencias sexuales. Es claro que el 15 de noviembre se marchará también para desmontar aquello con que la patria viene unida por un cordón umbilical: los acumulados del socialismo en Cuba y su posibilidad de relanzamiento y profundización…”
6. La respuesta no es policial, es política
Editorial de La Tizza
“…No pocas personas, incluyendo a participantes en la «sentada» del 27 de noviembre pasado, han reconocido que la heterogeneidad de los congregados ese día, su voz, fue cooptada por el sector más beligerante contra la Revolución. Porque, si bien no reconocemos una correspondencia directa entre «Estado» y «proyecto revolucionario», buena parte de ese sector también se opone a la posibilidad de que la Revolución resuelva sus problemas y les encuentre salida por la izquierda y, también, a toda oportunidad de que se establezca una continuidad real entre los nuevos actores de la sociedad civil y el horizonte comunista de la Revolución.
Digámoslo más claro: a varios de los participantes en la «sentada» del 27N, sin ser todos mercenarios — pues sí hubo mercenarios, y allí se enseñorearon — , les aterra que se pueda constituir en Cuba un nuevo bloque histórico revolucionario, y pulsan para cancelar esa posibilidad.
Si la motivación de la mayoría de los participantes el 27N no estaba fundamentada en la narrativa divulgada por los medios estatales sobre un «golpe blando», quienes se convirtieron en el «núcleo duro» de las actividades que se sucedieron los últimos cinco meses sí exhiben un claro objetivo procapitalista y golpista. Objetivo que busca sacar ventaja de una situación ya bastante inestable producto de la crisis mundial de la Covid-19, el recrudecimiento del bloqueo — incólume desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca — , la escasez, el desabastecimiento, la dolarización parcial de la economía y el impacto del Ordenamiento monetario, cuestiones que se suman a los acumulados de desigualdad, pobreza, burocracia y demás problemas estructurales por resolver…”
5. La fábula de los apóstoles: necropoder y sacrificio en el discurso reaccionario cubano
Raúl Escalona
“…Si el pueblo fuera el fin, ¿no estaría empeñado en su organización y acercamiento sin hacer de cada intervención artística un show mediático expectante del acto de la censura?, ¿no dedicarían más espacios los medios reaccionarios a proyectos comunitarios populares que han mejorado la vida de las poblaciones en que se encuentran, incluso al margen de la institucionalidad estatal? ¿Por qué solo interesa el choque? ¿Por qué se insiste en la pornomiseria periodística? ¿Por qué se miente impunemente calificando al Estado cubano de necropolítico?
El sacrificio es real, nadie tiene derecho a dudar de sus carencias y padecimientos, pero lo creemos solo puesto a disposición de la maquinaria narrativa reaccionaria, no del pueblo y de su lucha, sino del círculo terrible que comienza y termina en el pseudoapostolado…”
4. O Guisa o Praga
Editorial de La Tizza
“…Debemos apostar por una solución de máximos, adelantar las leyes que profundicen la democracia socialista, abrir un debate público y masivo sobre la participación y la democracia. El socialismo no puede permitirse el lujo de abdicar de las llamadas libertades políticas y dejar ese resquicio abierto a la oportunista explotación de sus enemigos. ¡No!, el socialismo conoce formas de libertades políticas y democracia popular superiores a lo que pudiera ofrecer el capitalismo. La historia de la Revolución nos ofrece la posibilidad de retomar y ampliar sus conquistas en este sentido: fortalecer el poder popular a todos los niveles, retomar la Asamblea General Nacional que sancionó las dos declaraciones de La Habana, recuperar el mecanismo de los parlamentos obreros, potenciar el rol de los sindicatos, y más.
Se agrandaría así el consenso de la Revolución, mas no por eso dejaríamos de tener enemigos. No podrá entonces temblarnos la mano para trazar la raya que nos separa: ni un paso atrás ante el consenso de las mayorías, nada que ceder ante el imperialismo y sus sirvientes; ni un paso atrás ante las conquistas de la Revolución, nada que ceder ante las fuerzas destructivas del capitalismo.
Ese es el gesto de rebeldía que necesitamos abrazar como pueblo. Por eso repetimos junto a Martí: ¡o Guisa o Praga!; o la recuperación de la rebeldía por y desde la Revolución o la protesta destructiva de un liberalismo esclerótico; o el relanzamiento de una hegemonía que ponga en su centro la emancipación o el retorno a un país sin esperanzas ni futuros; o la profundización del socialismo en Cuba o el fin de la Revolución cubana.
La situación en que nos encontramos puede leerse como una crisis sin soluciones o como una oportunidad. Pero esta no se nos brindará por sí sola, habremos de construirla. Guisa no se nos dará como mera fecha del calendario. Debemos hacer a Guisa nuestra, refundarla. Guisa no es un lugar del pasado que se pueda reactivar por mera declaración discursiva, sino un espacio que arrancarle al presente con una nueva praxis revolucionaria, un campo de batalla actual desde el cual luchar, esta vez y siempre, por el triunfo de la revolución, que tendrá que ser el triunfo de los que cayeron en su lucha por un mundo mejor, el triunfo del socialismo, el triunfo de la utopía, el triunfo del pueblo: si de lucha se trata.”
3. Revolución cultural es lucidez y es socialismo — a propósito del reciente debate cubano —
Néstor Kohan
“…Humildemente creemos que este nuevo conflicto podrá desenredarse en un sentido positivo y revolucionario, en una dirección opuesta a la contrainsurgencia «soft» promocionada desde gringolandia, si prima la lucidez. Sí, es verdad. Como solía decir el viejo Alfredo Guevara. Con lucidez. Y privilegiando la cultura como tanto insistían Armando Hart Dávalos y Roberto Fernández Retamar.
Pero eso sí. En el difícil y tensionado juego entre el proyecto y el poder, entre la utopía y el realismo, quienes de verdad quieran dialogar deberían hacerlo — como me imagino que recomendaría Fernando Martínez Heredia, si no me equivoco… pues tampoco creo en los oráculos — sin perder por un segundo de vista el horizonte innegociable de la revolución socialista [donde dice «socialista» debe leerse: SOCIALISTA].
No el «socialismo democrático» neocolonial de Felipe González que introdujo, sin vergüenza alguna, a España en la OTAN ni el «socialismo democrático» de Mário Soares en Portugal — condecorado por Frank Carlucci, jerarca de la CIA, por haber desmantelado en 1975 la revolución de los claveles encabezada por el general marxista Vasco Gonçalvez — . Tampoco el «socialismo democrático» de Carlos Andrés Pérez en Venezuela que reprimió salvajemente a su pueblo en 1989 — dejando como secuela más de 3.000 muertos y desaparecidos — contra el cual se insurreccionó Hugo Chávez con su propuesta de socialismo bolivariano del siglo XXI.
Sino el socialismo «a la cubana» que no es otro que el socialismo martiano de Fidel y el Che.
Revolución socialista, la cubana, que durante décadas ha sido y seguirá siendo la única vacuna y el único antídoto para garantizar la autodeterminación nacional y popular de Cuba frente a las pretensiones anexionistas de Estados Unidos, sea en su versión neofascista, sea en su presentación light y «soft», igualmente imperialista. Porque nadar alegremente en las ensoñaciones imaginarias de una eventual socialdemocracia cubana — lo mismo que un socialcristianismo — no llevará a la isla hacia las costas y acantilados de Suecia o Noruega sino hacia el triste vasallaje de Puerto Rico. Antipático, pero hay que decirlo claramente. Nobleza obliga…”
2. El día después no podrá ser el mismo
Luis Emilio Aybar
“…En conclusión, lo sucedido este 11 de julio también se explica porque los comunistas y revolucionarios no combatimos con suficiente fuerza y eficacia las prácticas nocivas del Estado, defendimos la unidad de una manera que en realidad la perjudica, nos conformamos con plantear las cosas en el lugar correcto aunque la solución no llegara, acompañamos acríticamente a los líderes en lugar de rectificar el camino y nos dejamos disciplinar cuando lo que tocaba era pensar y actuar con cabeza propia.
¿Cómo si no, entender las décadas de inadecuada atención a la agricultura, factor de peso en las actuales penurias? ¿Cómo si no, entender la falta de control popular sobre la decisión de establecer tiendas en Moneda Libremente Convertible, y la voracidad con que se ha aplicado esta medida, donde hay pueblos enteros en que ya casi no queda una tienda en Pesos Cubanos, que es la moneda de los salarios? Lo mismo podemos preguntarnos sobre la falta de protagonismo de la Central de Trabajadores de Cuba en el diseño e implementación del Ordenamiento Monetario, medida de alto riesgo en un contexto de crisis. Durante el 2020 se destinó la mitad de las inversiones del país a la construcción hotelera, en condiciones de una drástica disminución del turismo internacional con pronóstico reservado y de una aguda escasez de insumos para las producciones agrícolas. El país entero estaba sufriendo apagones de más de cinco horas todos los días, muchos de ellos por la noche, en pleno verano, pero esto no mereció un seguimiento prioritario en la prensa nacional ni la atención orientadora del presidente. Se mantuvo en bajo perfil como es habitual, para evitar la sensación de caos, así que la nueva crisis cotidiana tomó por sorpresa a las familias cubanas. Los cortes eléctricos en el pueblo de San Antonio de los Baños, donde surgieron las protestas, venían acompañados de afectaciones en el suministro de agua: los responsables de planificar los apagones quitaban la electricidad en el circuito donde están ubicadas las estaciones de bombeo. ¿Cómo permitimos que las políticas sociales y culturales se debilitaran dramáticamente en los barrios que protagonizaron las protestas de la capital?…”
1. Tendremos que volver al futuro
Editorial de La Tizza
“…Los que salieron a protestar contra el Estado y el socialismo en Cuba eran pueblo. Podemos asegurar incluso que muchos pertenecen a esa parte del pueblo que más ha sufrido los efectos de la crisis que la pandemia, el bloqueo, las nuevas sanciones norteamericanas y la gestión desesperada e insuficiente de lo que podemos conseguir, en medio de tanta escasez y problemas acumulados, han provocado. Son también esa parte del pueblo que ha sido más desfavorecida con el inevitable aumento de la desigualdad social con que el avance de reformas de mercado ha lacerado y segmentado nuestra sociedad. Nos atrevemos a asegurar, incluso, que estas desigualdades múltiples, a veces invisibilizadas, pero siempre sentidas y tan lesivas a la justicia social, han producido una desconexión. Una desconexión entre aquellos que gritaban “Patria y Vida” en las calles, y el proyecto revolucionario. Y esa desconexión, que siempre deja como saldo cierto sentimiento de abandono, de orfandad política y económica, tarde o temprano se ha convertido en rencor y hasta en odio.
Si soslayamos esta complejidad, si pensamos simplemente que son “delincuentes” o “marginales”, si nos resistimos a entender los procesos de marginación y si no reconocemos las deudas con los más humildes hacia lo interno de nuestra sociedad nunca vamos a entender qué ocurrió ese domingo….”
NOS VEMOS EN 2022