DOMINGO DE LECTURAS...24 horas después
Algunos de los textos sobre las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, publicados en La Tizza
A propósito de las protestas que ocurrieron en Santiago de Cuba y Bayamo, ayer domingo 17 de marzo, La Tizza retoma algunas de las reflexiones relacionadas con los acontecimientos del 11 de julio de 2021. Entre otras razones, hacemos esta propuesta de re-lectura de algunos textos, porque consideramos que muchas de las causas, complejidades y proyecciones que aparecieron en esos análisis, se mantienen vigentes hoy. Y siguen sin respuesta:
Tendremos que volver al futuro.
Editorial de La Tizza
Jul 15, 2021
“…Los que salieron a protestar contra el Estado y el socialismo en Cuba eran pueblo. Podemos asegurar incluso que muchos pertenecen a esa parte del pueblo que más ha sufrido los efectos de la crisis que la pandemia, el bloqueo, las nuevas sanciones norteamericanas y la gestión desesperada e insuficiente de lo que podemos conseguir, en medio de tanta escasez y problemas acumulados, han provocado. Son también esa parte del pueblo que ha sido más desfavorecida con el inevitable aumento de la desigualdad social con que el avance de reformas de mercado ha lacerado y segmentado nuestra sociedad. Nos atrevemos a asegurar, incluso, que estas desigualdades múltiples, a veces invisibilizadas, pero siempre sentidas y tan lesivas a la justicia social, han producido una desconexión. Una desconexión entre aquellos que gritaban “Patria y Vida” en las calles, y el proyecto revolucionario. Y esa desconexión, que siempre deja como saldo cierto sentimiento de abandono, de orfandad política y económica, tarde o temprano se ha convertido en rencor y hasta en odio.
Si soslayamos esta complejidad, si pensamos simplemente que son “delincuentes” o “marginales”, si nos resistimos a entender los procesos de marginación y si no reconocemos las deudas con los más humildes hacia lo interno de nuestra sociedad nunca vamos a entender qué ocurrió ese domingo.
Este sector más marginado del pueblo — al menos en La Habana — fue activado por la agenda política de la contrarrevolución. Esta supo catalizar su malestar y proyectar su deseo como deseo capitalista. No es de extrañar que los que protestaban por “hambre” saquearan de las tiendas no solo comida, sino suntuosos artículos electrodomésticos, para satisfacer ansiedades largamente aplazadas de consumo, construir la vida que han aprendido a imaginar y desear sin ningún contrapeso efectivo de una cultura distinta emancipada…”
El día después no podrá ser el mismo.
Luis Emilio Aybar
Jul 20, 2021
“…El vacío que dejamos permitió que el sentimiento opositor que anida en el corazón de muchos cubanos fuera canalizado por sus opresores internacionales. Ese vacío, sedimentado por décadas, es profundamente contradictorio con nuestro credo, ¿acaso no debemos ser los revolucionarios y comunistas los primeros en combatir la corrupción, la burocracia, la injusticia, el autoritarismo, vengan de donde vengan? ¿Cómo es posible entonces que no lo hagamos, o que, incluso cuando lo hacemos, todo esté organizado para que nadie lo sepa? Es claro que no me refiero a la condena discursiva, sino a acciones eficaces que se opongan a esos fenómenos en su manifestación particular y concreta a los distintos niveles territoriales, sectoriales, institucionales y sociales.
Hemos quedado atrapados por una serie de principios muy arraigados en la cultura política cubana:
1. El Estado es la Revolución y, por tanto, oponerse al Estado es ser contrarrevolucionario,
2. Impugnar a personas, políticas y prácticas del Estado, afecta la unidad,
3. La crítica hay que hacerla en el lugar correcto, en el momento oportuno y de forma adecuada,
4. Ser revolucionario implica un apoyo incondicional a los líderes de la Revolución,
5. Hay que practicar la disciplina revolucionaria — entendida como esperar siempre orientaciones y ceñirse a ellas…”
Cuba y las protestas sociales del 11J.
Alina Herrera Fuentes y Mylai Burgos Matamoros
Jul 30, 2021
“…La afirmación de que una parte de las protestas son legítimas está fundada en dos premisas: una, el reclamo contingente derivado de las condiciones de vida actuales que ya hemos explicado; la otra, se funda en el aumento constante de la desigualdad y la falta de un diálogo político y cultural profundo con determinados grupos sociales.
Muchos de los jóvenes que vimos en esas manifestaciones son los hijos de los hijos de las crisis que hemos tenido en los últimos treinta años, cualquier referencia a la Cuba de antes de 1959 es antigüedad, a la Revolución en sus mejores momentos es historia contemporánea, pero nada conocida. Las brechas de desigualdad en Cuba han crecido, se afincan sobre mujeres y hombres racializados, de barrios periféricos, con salud y educación universal, pero que incluso su realización con calidad también pasa por mediaciones desiguales. Quedaba la tranquilidad y la seguridad en la convivencia, justo fue rota por los hechos del pasado 11J…”
Aug 24, 2021
Jorge Luis Acanda
“…pero si lo dejamos ahí no entendemos lo específico de la situación cubana y cómo en buena medida, esta insatisfacción del pueblo, que vamos a repetir, vamos también a decir una cosa: es una insatisfacción del pueblo por no poder cumplir promesas que son promesas del socialismo,
porque a nadie se le ocurre en Ecuador o en Colombia protestar porque no hay asistencia médica gratuita de calidad, porque eso está claro que no, si usted no es del IES o usted no tiene seguro particular usted se tiene que ir a morir al Ministerio de Salud Pública que tiene…, bueno, el presupuesto del año pasado fue de 300 y tantos millones dólares para una población de 17 millones de habitantes.
Estamos hablando un pueblo que ha recibido durante 60 años…, ha vivido en un sistema socialista donde ha asumido como natural, como evidente, como un derecho, un conjunto de necesidades satisfechas que en los últimos años no se han podido resolver y que protesta.
Es decir, esa protesta no es la gente gritando, necesariamente, todo el que estaba en la calle estaba gritando contra una ideología política sino esencialmente estaban reclamando el cumplimiento de promesas que solo tienen sentido dentro de un sistema político porque en otros sistemas políticos no tienen sentido ninguno…”
Leyner Javier Ortiz Betancourt
Jul 11, 2022
“…Si el mercado, por su parte, destruye la ética de las comunidades sociales y nos arroja ante conflictos que individualmente nos superan, el Estado de todo esto no dice nada, cual si fuera algo normal o no entendiera por qué suceden las cosas. A la mudez natural del mercado, la dificultad de palabra estatal y la precariedad de lo común se le adicionan las múltiples pérdidas del éxodo, pero también las tímidas aperturas democráticas arrancadas al orden hegemónico que ahora parecen esfumarse. Entre pérdidas y desamparo pareciera que la tristeza que nos aflige tiene, por cierto, causas políticas.
El Estado vuelve ahora sobre sí mismo como un cuerpo apenado, despreocupado en el fondo por su función de incorporación y por la salud de sus dañadas mediaciones. Despreocupado o incapaz. Que la protesta haya decaído no significa que el Estado esté ahora a la ofensiva, por el contrario, sigue primando una perspectiva defensiva, desde la cual los avances son tortuosos cuando no imposibles. El Estado se afana en presentarse como una eternidad ante un inconsciente nacional que desea profundamente el cambio, el riesgo, la transición permanente. El realismo revolucionario es la ideología que dicta su conducta.
Ha quedado, empero, una enseñanza de las jornadas de julio: la eternidad del Estado es falsa ante una contingencia crítica convocada por las masas. Lo crucial es, por supuesto, ¿quién se gana el anhelo de las multitudes de julio?, ¿en qué programa político se cumple el deseo que aquella catástrofe inscribió en el inconsciente nacional?”
Luis Emilio Aybar Toledo
Jul 19, 2022
“…Nuestro diagnóstico, por tanto, incluyó la interpelación de las prácticas acumuladas por el campo político al que pertenecemos:
Lo sucedido este 11 de julio también se explica porque los comunistas y revolucionarios no combatimos con suficiente fuerza y eficacia las prácticas nocivas del Estado, defendimos la unidad de una manera que en realidad la perjudica, nos conformamos con plantear las cosas en el lugar correcto aunque la solución no llegara, acompañamos acríticamente a los líderes en lugar de rectificar el camino y nos dejamos disciplinar cuando lo que tocaba era pensar y actuar con cabeza propia.
Estas tareas y actitudes que fallaron forman parte de nuestro estrecho margen de maniobra como proyecto de nación en un ambiente internacional hostil. En otras palabras, frente al bloqueo, a la guerra no convencional, al poder totalizador del capitalismo en el mundo y a las audaces metas de una revolución, lo decisivo somos nosotros mismos.
Desde esa mirada hacia dentro, planteamos algunas ideas generales que podían tributar a las salidas posibles:
Regenerar el tejido social de esta Revolución que ha buscado ser de los humildes, por los humildes y para los humildes.
Desterrar el vicio de huirle al conflicto, que luego explota en la cara. Asumir la contradicción, y liderarla.
Ampliar las formas de democracia directa.
Combatir con la fuerza popular a la contrarrevolución institucional, patente en fenómenos como la corrupción, el burocratismo, el autoritarismo y el privilegio.
Tensar la cuerda desde abajo y a la izquierda («los descontentos e inconformes también estamos del lado de los que salimos aquel domingo a defender la patria»)…”
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